martes, 31 de mayo de 2016

LA HIGIENE DIARIA
¿Un acto saludable o perjudicial?




El aseo personal
 
La higiene es un acto que realizamos cada día, bien sea de forma parcial o completa. Hoy día se producen varias cuestiones: por una parte, hay un exceso de higiene; por otra, una higiene con tensioactivos irritantes. Además, esos productos con tensioactivos irritantes suelen llevar otros agentes no saludables y, finalmente, la calidad y el tipo del agua que podrá perjudicar en mayor o en menor medida a nuestra piel y cabello.

Dicho esto, y centrándonos en la composición de los cosméticos que empleamos en nuestro aseo personal, podemos decir que sin darnos cuenta estamos expuestos a diversas sustancias perjudiciales que pueden tener efectos negativos a corto o medio plazo, incluso a largo plazo por su efecto acumulativo. Si nos centramos en el acto del aseo personal hemos de centrar la atención en el uso de jabones o geles de ducha. También, podemos incluir la higiene íntima, especialmente en las mujeres que tengan problemas en la zona vaginal, como picores, sequedad o alguna infección. En el rostro igualmente empleamos un jabón o un producto específico facial como un desmaquillante, un agua micelar... En la higiene del cabello normalmente optamos por un champú, y si es necesario le añadimos un acondicionador e incluso una mascarilla de uso semanal o puntual como tratamiento intensivo para reparar y nutrir puntas. Después de la higiene del baño, solemos aplicarnos una crema hidratante. Para finalizar, por regla general usamos algún tipo de desodorante en las axilas, y también cabe la posibilidad de usar algún spray podal que combata el exceso de sudor y mal olor en los pies. Por último, nos aplicamos colonias o perfumes. Todo esto únicamente en piel y cabello (sin contar los fijadores del cabello, como gominas y lacas). En los hombres, prestaríamos nuestra atención en su cuidado diario del afeitado, con el producto para ablandar la barba (jabón, espuma...) y el llamado "after shave". Por último, vamos a mencionar la higiene bucal por su contacto directo con la mucosa (vía oral, vía digestiva). 
 
La importancia del INCI
 
Si analizamos todos los componentes que cada día nos aplicamos en el cuerpo y que penetran en nuestro cuerpo podemos comprobar que estamos expuestos a múltiples sustancias sólo en el acto de la higiene básica (sin contemplar todos los maquillajes que podemos usar para "embellecernos"; desde maquillajes cosméticos pasando por esmaltes de uñas o tintes capilares). Por este motivo es necesario elegir productos de higiene y de belleza que sean inocuos, que contengan una totalidad de ingredientes naturales y esto solo podemos saberlo mirando el INCI, que es la letra pequeña del envase y donde por escrito tenemos todos los ingredientes ordenados de mayor a menor cantidad. 
 
Pastillas de jabón, geles de ducha y champús
 
A veces, algo tan simple como una pastilla de jabón puede parecernos inocuo porque no leemos su etiqueta, sólo vemos la pastilla de jabón. Aquí radica la diferencia: no todas las pastillas de jabón son iguales. Hay que buscar las que contengan ingredientes 100% naturales, con aceites vegetales, sin perfumes químicos ni aromas artificiales, con extractos de plantas y aceites esenciales (aromaterapia); con colorantes saludables. Lo mismo sucede con el gel de baño, con la hidratante del cuerpo, con los desodorantes, con el gel íntimo para la higiene femenina, etc. Muchos geles de higiene íntima que venden en supermercados o perfumerías no son para nada saludables. Lo mismo podemos decir de los desodorantes y de los geles de baño, que usan tensioactivos más agresivos como los espumantes de origen sintético como el  Sodium Lauryl Sulfate (SLS) y Sodium Laureth Sulfate (SLES) que pueden llegar a provocar reacciones alérgicas en la piel y eliminar el manto protector natural; en concreto se sabe que el Sodium Lauryl Sulfate es más irritante (y se considera alergénico) que el Sodium Laureth Sulfate, pero éste último aunque menos irritante, reseca la piel o el cuero cabelludo. La historia es que en un principio se usaba el Sodium Lauryl Sulfate, tremendamente irritante (incluso con casos de ceguera infantil, así que hablamos de un agente muy irritante) y después llegó el uso del Sodium Laureth Sulfate, con mucha menos irritabilidad pero igualmente "irritante" para las pieles atópicas y reactivas. El problema es que se dice que los Laureth pueden ser cancerígenos por haber sido sometidos a un proceso con óxido de etileno. Estos residuos pueden eliminarse pero en la etiqueta de un producto no podemos saber si los Laureth están libres de trazas cancerígenas o no. Es decir, aunque la industria ha sustituido el SLS por el SLES, esto sigue sin darnos una garantía de seguridad al consumidor puesto que el SLES es un producto etoxilado, es decir, que está contaminado con óxido de etileno y éste es un conocido cancerígeno calificado por la IARC (Internacional Agency for Reseach on Cancer) como carcinógeno para los seres humanos. Además, la gracia está en que muchos problemas de caspa podrían ser originados por el actual Sodium Laureth Sulfate aunque en las formulaciones de los champús anticaspas de la industria química convencional le incluyan el zinc como agente anticaspa.

En lugar de los SLS y SLES optamos por usar tensioactivos vegetales suaves, como los derivados del coco y de las plantas que usan las marcas auténticamente naturales, así pues podemos estar tranquilos con la Betaína que podremos encontrarlo en forma de cocamidopropil betaina/ cocamidopropyl betaine. No hay que confundir el Sodium Lauryl Sulfate con el Sodium Lauryl Acetate.

Tensioactivos y champús

Los tensioactivos tienen las siguientes propiedades: emulsionantes y dispersantes (capacidad de formar emulsiones, una emulsión es una dispersión de un líquido en otro, los cuales serían inmiscibles de no ser por el agente tensioactivo, por ejemplo, emulsión de aceite en agua o emulsión de agua en aceite); humectantes (mojan la superficie: al disminuir la tensión superficial se facilita la humectación de las superficies a limpiar, mojando las manchas de grasa y penetrando en los poros con más facilidad); detergentes (capacidad de eliminar la suciedad en los cuerpos sólidos como la piel y los tejidos) y espumantes (en mayor o menor medida, no todos los tensioactivos son espumantes. La espuma facilita el arrastre de impurezas y partículas grasas aunque es falsa la creencia de que un producto espumoso limpie más).

Existen diversos tipos de tensioactivos:

1. Iónicos (aniónicos como los Ammonium Laureth Sulfate, SLS o SLES; catiónicos -que en cosmética suelen usarse como acondicionadores-  y anfóteros según el medio como los cocamidopropyl betaine, sodium lauroamphoacetate...)
2. No iónicos (son los de limpieza suave, apenas alteran la función de la barrera cutánea aquí están los coco glucoside, decyl glucoside, lauryl glucoside, sorbitol...

Nota: El jabón es el tensioactivo aniónico más antiguo.


 Un gel de ducha  o un champú inadecuados puede resultarnos muy caro para nuestra salud puesto que puede provocarnos irritaciones en piel y cuero cabelludo, especialmente en niños, personas con piel delicada, problemas dermatológicos o personas mayores. Remarcamos que el Sodium Laureth Sulfate desprotege la piel e incluso puede ser el causante de la caspa del cuero cabelludo. Es más, a la industria química ya les conviene el uso de los sulfatos sódicos (Sodium Lauryl Sulfate y Sodium Laureth Sulfate) porque digamos que provocan más facilidad de que se engrase y ensucie el cabello, algo que queremos destacar con el típico comentario y debate de "cuántas veces hay que lavarse el pelo", si es bueno lavarlo cada día o a días alternos, etc. O esas personas que dicen "se me ensucia mucho el cabello". Pues bien, aquí también tiene que ver el tipo de detergente, de base jabonosa que contenga el champú, por lo que desecharemos los que contengan SLS y SLES. Esto sucede porque los SLS y SLES dañan las escamas del cabello permitiendo la entrada de la suciedad con más facilidad, lo que produce la necesidad de lavar el cabello con más frecuencia. Así que es más rentable para la industria química, venden más y se aseguran una demanda constante.         

La higiene íntima
 
El riesgo de una higiene íntima no adecuada es que podemos dañar la flora vaginal. El pH de la vagina es ligeramente ácido, y es nuestra defensa natural contra los microorganismos. Por este motivo es importante no usar geles de lavado que sean fuertes, para no alterar la flora vaginal y dejar la zona íntima desprotegida. Los jabones íntimos de cosmética natural respetan el pH vaginal, ayudando a limpiar suavemente y proporcionando frescor gracias a sus formulaciones que incluyen aceites esenciales (aromaterapia) en lugar de fragancias sintéticas. Los jabones naturales no irritan las mucosas, no resecan y no producen sensación de tirantez. Es más, en las mujeres con sequedad y picor se les recomienda el uso de un aceite íntimo elaborado sólo con ingredientes 100% vegetales, sin ningún derivado del petróleo, no como otras marcas que se anuncian como naturales y no lo son, y esto es porque el consumidor no lee el INCI, es decir, la letra pequeña (el total de ingredientes que suele estar en el reverso de la etiqueta). Por tanto, un buen tratamiento para la zona vaginal sería el empleo de un jabón íntimo adecuado y un aceite vegetal íntimo.

Galería de imágenes

A continuación os dejamos unas imágenes con la composición de algunos de los productos que podéis encontrar en nuestra tienda totalmente respetuosos con la piel y el cabello. Podemos asegurar que la sensación de limpieza, frescor y bienestar después de usar estos geles, champús y jabones es maravillosa. La piel y el cabello no presentan irritaciones, sequedad o picores. Bien es verdad que para un tratamiento completo os aconsejamos el uso de un aceite vegetal, una manteca de karité o una crema 100% natural para mantener la hidratación cutánea. En nuestra tienda os asesoraremos de la mejor forma posible, y en caso de necesitar cuidados internos para cuidar la piel nos inclinaremos por el uso de la terapia marina (agua de mar), la oligoterapia (oligoelementos como el selenio, el zinc, el azufre o el magnesio), fitoterapia (plantas depurativas para los problemas de piel) y la suplementación (perlas de aceite de onagra, de espino amarillo, zumo de aloe vera, etc.).


INCI del Gel de ducha y baño relajante, de Argital

INCI del Gel de ducha y baño refrescante a la menta, de Florame

INCI del jabón íntimo con niauli, menta, clavo y arcilla verde de Argital

INCI del jabón líquido de Argital (facial, corporal y de manos)

Champú suave de Maison Karité, con manteca de karité, avena, manzanilla y cítricos 

INCI del Gel de ducha Santé, de coco y vainilla

INCI de la pastilla de jabón negro africano
Maison Karité


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*La composición de los cuadros de Degas está obtenida de la web RestaurArs  

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