martes, 31 de enero de 2012

Cómo tratar el DOLOR DE ESPALDA


Ante un dolor de espalda el masaje es una de las opciones más demandadas: dolores por contracturas, tensiones, lumbalgias, dolor de cervicales, "espalda cargada"... Sabemos que las posturas, el estrés y la falta de ejercicio repercuten en nuestra espalda. Aquí os mostraremos los beneficios de un masaje de espalda y algunas de las distintas técnicas que se pueden emplear para sentirnos mucho mejor. También podemos tener en cuenta que la fitoterapia es una herramienta útil para aliviar un dolor, pues existen plantas relajantes (miorrelajantes = relajantes de la musculatura) y antiinflamatorias, lo cual no quiere decir que vaya a remediar el origen del dolor (sobrecarga muscular, estrés, mala postura, lesión, etc.) pero sí que colaborará en nuestra recuperación, como la pasiflora, el harpagofito o la cúrcuma. Por último, las esterillas eléctricas, los saquitos de semillas o el uso del agua caliente en la ducha nos serán de gran ayuda. En nuestra tienda podréis adquirir cualquiera de los complementos nutricionales o fitoterapia que os aconsejamos: pasiflora, harpagofito, cúrcuma, "Harpacur" (mezcla antiinflamatoria), colágeno, magnesio, viales de Harpagofito + grosellero + vitaminas, bambú, etc. Todo para el bienestar de músculos y articulaciones.  
 


  
 
El masaje relaja la musculatura

El masaje activa la circulación sanguínea, elimina tensiones físicas (y mentales) y relaja la musculatura. Esto hace que las zonas de tensión (trapecios, por ejemplo) se "suelten", se "ablanden" poco a poco, de tal manera que uno se sienta más liviano al finalizar la sesión de masaje. Esta sensación es extraordinaria.

Aromaterapia y productos específicos
 
Antes de iniciar el masaje aplicamos alcohol macerado en plantas. Realizamos friegas enérgicas a lo largo de la columna vertebral y de los paravertebrales abarcando toda la espalda. Esto sirve para "calentar" la espalda al tiempo que penetran los principios activos del alcohol macerado. Este producto lo podemos usar en casa, comprarlo o elaborarlo nosotros mismos. Composición: árnica, romero, lavanda, hipérico (en la imagen, flores de hipérico), harpagofito, pulpa de limón y zanahoria en alcohol etílico de efecto recuperador.

"Alcohol de vitaminas"

Después, se aplican aceites o una pomada muscular. Los aceites indicados serían: aceite de árnica, aceite de hipérico y AE (aceites esenciales, ver publicación Qué es la AROMATERAPIA) como romero, wintergreen (gaulteria), clavo, nuez moscada, jengibre o lavanda. También hay que tener en cuenta el estado anímico de la persona, si es hombre o mujer, si es friolero o caluroso... Por ejemplo, el romero es un excelente antireumático, su fragancia a hierba y su particularidad de reforzar estados mentales y fortalecer la memoria hace que la use en hombres o en personas que tienen un desgaste mental importante. Si en cambio, la persona acusa un estado de agotamiento, fatiga, es mujer y además friolera puedo aplicar entonces una mezcla especiada con clavo y nuez moscada, que actuará sobre los dolores musculares y al mismo tiempo aliviará los estados de agotamiento. Las combinaciones son infinitas.

AE de nuez moscada y clavo (especias)

En la tienda disponemos de un amplio surtido de aceites, pomadas y cremas musculares.
Aceites descontracturantes, aceite de árnica, de hipérico y pomadas como la de JASON, en formato tarro.
Tubos como la crema con alcanfor Argital, la calorífica con cobre, el Fisiocrem (disponible en 2 tamaños) y
en textura gel con la fórmula de plantas de Maria Treben: Bálsamo sueco. 

Aplicación de arcillas

En ciertos dolores, como lumbalgias o contracturas importantes, se puede aplicar un emplaste de arcilla y evitar masajear así zonas de intenso dolor. Se cubre con un plástico y se deja actuar el máximo tiempo posible (entre 15 y 30 min.). Para que la persona esté más cómoda se la coloco en posición supina (boca arriba). Esto hace que la zona dolorida se desinflame y se pueda masajear con menos riesgo de provocar dolor. Además, el calor que se siente induce a la persona a un estado de relajación momentáneo (el calor se va intensificando notablemente hasta resultar un tanto molesto). En lumbalgias leves, impedirá que el dolor vaya a más.
 

Fango antiinflamatorio

Aplicación de moxas

La moxibustión es una técnica de la medicina china y consiste en unos puros (como si fuera un puro de fumar) de hojas de artemisa, que es una planta medicinal muy apreciada no sólo por la MTC (medicina tradicional china) sino también por los griegos, pues de ahí viene el nombre de la diosa Artemisa. Estos puros se aplican en puntos específicos de la columna y de la espalda. Proporcionan un calor intenso que penetra en la musculatura mejorando contracturas, dolores y enfriamientos. 
 
Puros de artemisa (moxas)

Aplicación de ventosas

Las ventosas se aplicaban antiguamente en Oriente, inclusive realizaban sangrados con ellas. Sin embargo, hoy en día existe la versión "light" como estas ventosas con pera de goma, muy prácticas y de fácil manejo. Primero hay que masajear la espalda como "calentamiento" y después se pueden aplicar las ventosas haciéndolas deslizar por la piel, de tal manera que ahorre esfuerzo al masajista. También se pueden mantener fijas por un espacio de tiempo para provocar un hematoma. De todos modos, es inevitable que se produzcan marcas en la piel, absolutamente normales e inocuas.

Ventosas con pera de goma

Estiramientos

Al inicio del masaje es conveniente realizar unos estiramientos miofasciales básicos, es decir, estirar lo más que se pueda la superfície de la piel (se trata de movilizar la fascia muscular o la capa que recubre el músculo). Después, se procede con el masaje muscular y se finaliza con unos estiramientos en la zona de cervicales - trapecios y brazos - piernas básicos. Los estiramientos complementan la sesión del masaje propiamente dicho y la persona después de recibirlos siente un gran alivio. 

Relajación final
   
Y el final del final es éste: unos instantes de contacto con la persona, tapada (con una sábana en verano y con mantitas en invierno). Nuestras palmas las depositamos sobre la persona, bien sea tocándola suavemente o a unos centímetros de distancia, a modo de que se vaya desprendiendo un calor (energía) agradable. Algo tan simple lo podemos practicar en casa, tan sólo necesitamos nuestras manos.


 

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